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1990
El
viernes, 23 de marzo, llegamos a Venezuela. Ayer partimos de Moscú Natalia,
Katia, María y yo. Pasamos por Irlanda, Canadá y Cuba. A las 9 de la noche de
ayer estábamos en la Habana. Dormimos en el aeropuerto. Mis padres nos fueron a
buscar a Maiquetía. Llegamos tarde en la noche a Las Mercedes del Llano.
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La
alegría consiste en que todos estamos juntos y los amigos y familiares nos
invitan para celebrar. También da mucha alegría recibir los libros que yo mismo
envié desde Rusia. El 11 de abril recibí 62 paquetes de libros, de los 101 que envié desde Moscú. Luego llegaron 8. Más tarde, 9. Y así poco a
poco fueron llegando, hasta que el 8 de junio llegaron los 8 últimos paquetes.
Mi mundo es el de los libros, definitivamente. No tenemos nada, sólo libros y
sueño constantemente con libros.
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Fue
un año de viajes constantes en busca de ayuda para trabajar a través de
entrevistas con cartas de recomendaciones .Hablé con rectores, decanos y
presidentes de colegios de médicos. Todos esos viajes los hacíamos juntos
Natalia y yo.
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Viajamos
a Mérida. En el bus leo un libro sobre budismo y una biografía de Robespierre.
Papá solía hablarme de ese revolucionario francés. Pienso en cómo comprar una
máquina de escribir.
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Mérida.
Natalia
y yo vamos a la plaza Bolívar y luego a la plaza de la Heroínas con sus bellas
fuentes. Asistimos la misa de la
catedral y luego visitamos la iglesia de la Virgen del Espejo, al lado de la
cual hay un cementerio con grandes pisos. Vamos al teleférico, pero no trabaja.
Paseamos por el mercado de cerámica.
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Nos
mudamos a la casa de Paolo
Locasscio nro 45 en la calle F.J Carballo, que la gente
llama calle El Cementerio. Desde que llegamos a Las Mercedes vivimos una semana
en la casa de mis padres. Luego vivimos en la casa de la maestra Dalila. Desde esta última casa pasamos a la de ahora.
En
la casa de la maestra Dalila salían muertos, decía la gente. Una vez fuimos
todos al cine de Las Mercedes y vimos una película de terror: Cementerio de
mascotas. En la noche no pudimos dormir porque todos los ruidos nos
parecían sospechosos y como salidos de
la película.
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Siento
la necesidad de escribir todos los días. Empecé a publicar artículos periodísticos, y junto a unos amigos, fundamos un periódico
local: El Mercedense.
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30
DE DICIEMBRE
Llovió
desde la madrugada hasta las 6 de la mañana. Los cambios climáticos afectan
también al trópico. En mi infancia nunca llovía en diciembre.
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